miércoles, 10 de abril de 2013

[Entrenamiento] Dormir para una óptima recuperación


Que la base del entrenamiento es la adaptación es algo que todos tenemos que tener claro. 
Adaptación que sufre el organismo a unos estímulos (entrenamientos, ejercicios...) que buscan las mejoras de ciertas capacidades.
Este proceso de adaptación nunca se produce durante el entrenamiento ya que, evidentemente, en esos momentos el organismo está sometido a unas altísimas situaciones de estrés físico y su capacidad de recuperación es nula.

¿En qué momento se produce?

Lógicamente cuando descansamos, es ahí cuando el organismo se adapta, es decir, tiene la capacidad de no sólo recuperar sus niveles físicos (resistencia, fuerza…) y de depósitos, sino de mejorarlos. Esa mejora (base del síndrome general de adaptación) es la clave del aumento de nuestro rendimiento.

Tras esa supercompensación se produce el momento óptimo para aplicar un nuevo estímulo de entrenamiento antes de que los efectos “desaparezcan” (principio de continuidad del entreno).


Sin entrar en otras formas de “jugar” con la supercompensación como la aplicación de estímulos seguidos antes de la recuperación total hoy queremos preguntarnos.


¿Cómo es una óptima recuperación?

Tres son los elementos que debemos tener en cuenta si queremos que nuestras recuperaciones sean adecuadas y, por tanto, nos enfrentemos al siguiente trabajo, entrenamiento o competición en condiciones óptimas: alimentación, hidratación y descanso.
Como de las dos primeras hablamos y hablaremos profundamente en este blog quiero centrarme hoy en la tercera y especialmente en las horas de sueño como elemento básico que mide este descanso.

Tanto como deportistas, pero sobre todo como educadores y miembros de un equipo técnico no debemos dejar de transmitir la importancia que tiene dormir bien a nuestros futbolistas.
Un número óptimo de horas de sueño como hábito de descanso va a provocar una serie de beneficios directos en el rendimiento de nuestros jugadores.


Beneficios de dormir bien (en cantidad y calidad)

Te mostramos algunos de estos beneficios, razones de peso para que todos busquemos que el sueño sea parte clave de nuestra rutina diaria.

1º Dormir favorece la recuperación y el óptimo rendimiento de los procesos mentales
IMAGEN: dearestscooter.wordpress.com
implicados en el juego. Repercusiones a nivel de procesos perceptivos, de decisión táctica y coordinación motriz y elementos técnicos en la ejecución; también favorecerá todo proceso de inteligencia motriz durante acciones de estrategia y atención.  

2º Ya a nivel físico incidirá en la reducción de la frecuencia cardíaca, por lo que permite moverse en parámetros óptimos en las prácticas deportivas intensas como en el fútbol donde los periodos de intensidad “disparan” nuestro corazón a límites anaeróbicos altos

3º. Análisis clínicos revelaron que los niveles de urea, indicador de desgaste físico, recuperación y estrés, disminuyeron en sangre tras dormir adecuadamente, lo que se traduce en un mejor descanso que previene la destrucción de fibras musculares

4º Algunos estudios dicen que dormir poco reduce los niveles de glucosa, disminuyendo la capacidad energética del músculo durante la competición.

5º Otra más… dormir reduce la presión arterial lo que mejora la eficacia de nuestro sistema circulatorio. Y no sólo por la noche, echarse una siesta de 45 minutos durante el día puede tener beneficios para el sistema cardiovascular, según demostraron investigadores estadounidenses en un estudio publicado en la revista International Journal of Behavioral Medicine. Concretamente, los experimentos demostraron que la presión arterial se mantiene más baja si dormimos siesta frente a si no lo hacemos.

6º “Reconstruye” nuestro corazón: En la línea anterior durante el sueño también se ralentiza la frecuencia cardíaca para que las células coronarias y los tejidos puedan repararse: es el momento en que nuestro organismo libera la melatonina y la hormona del crecimiento para desarrollar estas tareas. Por tanto, nuestro corazón se beneficia durante el sueño.

7º Y además, ¿sabías que hay una relación entre control de obesidad y horas de sueño?

Recientemente se ha demostrado por primera vez, que un aumento en el número de horas de sueño modifica el peso corporal. En concreto, aumentar las horas de sueño de 6 o menos hasta 7-8 horas, se acompaña de un menor aumento del Índice de Masa Corporal y de una menor acumulación de grasa corporal. Aumentar una sola hora la duración del sueño pone en marcha en nuestro organismo una serie de mecanismos que nos ayudarán a mantener nuestro peso. Para ello es esencial el papel de dos hormonas relacionadas con el apetito y que se modifican con las horas de sueño: la leptina, que inhibe la sensación de hambre, y ghrelina, que estimula el apetito. A menor tiempo de sueño, las concentraciones de leptina disminuyen y aumentan las de ghrelina. Además, cuanto menos dormimos también se aumentan las horas en las que tenemos deseo y posibilidad de comer.

En suma, se estima que en deportes de alto nivel podemos establecer en un máximo de 10 las horas de sueño no siendo nunca menores de 8 para todos los demás según los expertos. Duerme, descansa… y rendirás más y mejor.

WEBGRAFÍA

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