martes, 16 de abril de 2013

[Experiencias] Maratón de Boston

Me permitirán los lectores asiduos al blog que en esta triste jornada para el deporte mundial evite realizar una entrada "normalizada" al blog y centre mi esfuerzo, ira y espacio de este modesto lugar de internet en rendir un leve tributo a las víctimas de la Maratón de Bostón.

Me estaba curando de una leve lesión muscular cuando me enteré vía radio de la noticia. Esa lesión se produjo precisamente por correr y por mirar de reojo a una de esas pruebas que los cada vez más crecientes locos corredores populares tomamos como reto de nuestro propio éxito deportivo personal en el que nos enfrentamos a nosotros mismos y el éxito radica en sentirse mejor, bajar un segundo sea cual fuere tu marca o simplemente pasarlo bien entre otros locos y locas iguales que tú. 
La bomba estalló pasadas las 4 horas de carrera, es decir, pasaban por meta los más entregados y sufridos runners que ven en el fin de los 42.195 metros el triunfo de lo posible, sin importar el tiempo, en la más grande y mitológica de la pruebas deportivas a las que se enfrentan los seres humanos. 
Todos los que corremos sabemos las sensaciones personales que supone ese logro: un paso por meta, un crono que nos dice que hemos mejorado aunque nuestro récord personal pueda parecer irrisorio para el más amateur de los atletas...

Siento rabia por ver como con el estallido volaron los más elementales sentimientos humanos. Indignación porque en la maratón de Boston se vieron reflejados los más bajos instintos de la raza humana en un acto que se repite por cuestiones políticas, religiosas o de cualquier otro orden fanático en decenas de lugares del mundo y odio, odio hacia quien pudo pensar, amparar y llevar a cabo esa masacre inhumana ayer en Boston, en Somalia, u otros días en oriente próximo o donde quiera que se arranca una vida desde la sinrazón.
Descansen en paz las víctimas. Trabajemos sin descansar hasta acabar con los verdugos


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